jueves, 6 de diciembre de 2012

ESCUCHA!!


¿Qué sientes cuándo escuchas música?


¿Sabías que Pitágoras, Aristóteles y Platón ya creían que la música puede influir a nivel físico
y emocional?


Han hecho falta miles de años para confirmar lo que entonces era solo una teoría.
La música está siendo introducida en la educación de los niños en edades preescolares debido a su importancia para el desarrollo intelectual, auditivo, sensorial, del habla y motriz. Es un modo de expresión y de integración social. La música tiene el don de acercar a las personas. Les da seguridad emocional, confianza, porque se sienten comprendidos al compartir canciones y bailes, creando  un clima de ayuda, colaboración y respeto mutuo. (clica aquí y descubrirás bonitas canciones infantiles).

En el caso del canto: la etapa de alfabetización del niño se ve estimulado a través de las canciones infantiles, en las que las sílabas son rimadas y repetitivas, y vienen acompañadas de gestos que hacemos al interpretar la canción, por lo que el niño mejora su forma de hablar y de entender el significado de cada palabra. Viéndose también mejorado su poder de concentración. Además, facilita el aprendizaje de otros idiomas, potenciando su memoria.
En el caso del baile: la expresión corporal del niño se ve estimulada. Se potencia el control rítmico de su cuerpo. Ayuda a mejorar su autonomía, su coordinación y combinar una serie de conductas.
Pero, la música no sólo tiene beneficios para nuestros pequeños ¡Los beneficios son para todos!


  • Reduce el dolor. Escuchar música a diario reduce el dolor crónico hasta en un 21%. Cuando escuchamos música liberamos endorfinas, y éstas actúan como analgésicos naturales. Ayuda a aumentar la felicidad y a disminuir la depresión.
  • Relaja. Escuchar media hora de música suave aunque sea dos veces por semana, reduce significativamente los niveles de estrés y ansiedad. ¿Quieres ponerlo en práctica? Mira este vídeo para entender la importancia de la música para nuestro cerebro.
  • Refuerza la salud. Escuchar música suave también ayuda a reducir la frecuencia cardíaca y la presión arterial.
  • Estimula el cerebro. La música con ritmos fuertes hace que la concentración permanezca más aguda y los pensamientos más alerta. Escuchar música suave, en cambio, mejora la capacidad de concentrarse durante más tiempo, y promueve un estado de calma y meditación. No solamente provoca bienestar y aumenta la creatividad, sino que el efecto dura aún después que la música haya dejado de sonar.
  • Aumenta el rendimiento. La música no solamente elimina la sensación de fatiga, cansancio y aburrimiento sino que actúa como un estimulante que aumenta la productividad.
  • Facilita el sueño. Escuchar música de baja frecuencia induce a la relajación, y facilita y mejora el sueño.
  • Aumenta el optimismo. La música también puede ser usada para trasladarnos a un estado de ánimo mucho más positivo. Gracias a la música recordamos momentos felices, pero también aumentamos la autoestima y la confianza en nosotros mismos.
  • Invita a socializar. La música une a personas que comparten una pasión similar. Ayuda a conocer gente nueva, a hacer vida social y a unir grupos. A parte de eliminar barreras sociales, cuando bailamos todos somos iguales, nadie es más rico o más pobre ni es de una raza o de otra.


Después de ver lo beneficiosa que es, sólo nos queda decir una cosa:
 ¡música, maestro!